¿¿Aló??..¿Si? …¿Alguien sigue por acá?? Es que me desaparecí
de este rinconcito de la interneerd, pero creo que es hora de pasar el chancho
eléctrico y hacer un poco de aseo en este espacio, que la verdad me gustaba
harto, y bueno cosas de la vida se lleno de polvo. Empezaré a barrer y sacar el
polvo de acá mientras voy contando algunas reflexiones de este año que se está
por acabar.
EL RECUENTO DEL 2017
La verdad es que este año me dejo la vara bien alta, y para
ser sincera no es que no le tuviera muchas expectativas, pero no esperaba que
fuera un año de esos años que uno dice “Wow!! Que buen año que fue el 2017”. Yo
creo que mi consigna de año nuevo 2017 fue la que marco al 100% este año, la
noche vieja me dije “Vamos a fluir”. Uno casi siempre mega planea la noche de
año nuevo, tener una cena perfecta, un buen carrete, un merecido bajón, etc.
Pero en realidad esa noche la disfrute como saliera, solo seguí dos cábalas que
tengo para año nuevo y listo, entré fluyendo al 2017.
Esa fluidez me llevo 13 días después a arribar a la ciudad
de Valdivia, mi plan: mochilear y probar ciudades en el sur de Chile para
amigarme con el país y descubrir por mis propios medios que “Santiago no es
Chile”. Bueno ¿Qué se espera de una ciudad que está rodeada por ríos? fluir po.
Fluimos tanto con Valdivia que no me pude ir, me dio todo lo que en ese momento
necesitaba y después de mucho tiempo por fin me dije “Si. Aquí me tengo que
quedar”. Por la eternidad de los tiempos voy a ser una defensora de Valdivia,
el orgullo valdiviano se apodero de mí y me hizo parte de la ciudad muy rápido.
Tanto fue, que alguna vez terminé gritando a todo pulmón todas las canciones de
la barra valdiviana en un partido de Basketball versus Puerto Montt.
Valdivia me hizo amar la lluvia, me hizo acostumbrarme a
siempre oler a leña, me hizo fluir, me hizo a vivir a otro ritmo, me hizo no
odiar el “mal clima”, me hizo armar un hogar.
Mi 2017 y Valdivia se hicieron súper buenos amigos, se
llevaron la raja y gracias a eso hicieron que por mi camino se cruzara gente increíble,
de quienes aprendí un montón, mostrándome distintos estilos de vida, forma de
ver las cosas y expresarse. Siempre afirmo y re afirmo que para mí los lugares
los hacen las personas y todos ustedes, mis queridos valdivianos hicieron mi
año, muchas gracias a cada uno de ustedes que aportó para que me lleve un gran
2017 a la memoria, fue un placer toparme con gente tan linda. Pero sin lugar a
dudas mi regalo favorito de este 2017 son mis dos Rosas, estas dos personas son
mi parte favorita del 2017, ellos hicieron que este año sea un gran año gran.
Ustedes dos Rositas, se merecen un párrafo completo en esta
entrada. Son lo mejor que me entrego Valdivia y son la prueba viviente de
nuestra teoría del “amor libre”, son como la tesis jaja. Aprendimos que el
verdadero amor es el que te da alas, no el que posee. Es aquel que saca lo
mejor de ti y te potencia, no el que te quiere siempre cerca por miedo a
perderte, es ese que no necesita títulos ni declaraciones, el que no es solo
para parejas porque es mucho más fuerte para ser categorizado. Gracias por las
alas y el empuje para poder terminar este año en donde estoy y con la cabeza
que estoy. Rosas forevaaa Rosas. Personas que se quieren tanto se tienen que
volver a cruzar, solo el tiempo dira donde... Cof cof LISBOA cof cof!!!
Alguna vez alguien muy inteligente me dijo “los años pares
son para aprender y los años impares son para ejecutar lo aprendido”, no logro
recordar quien me dijo esto, pero es un genio y no puede tener más razón. Este
año impar me hizo ver con hechos concretos que muchos de mis miedos del año par
pasado son solo miedos, son ciclos o crisis que uno tiene que pasar para poder cuestionar,
analizar y replantearse ciertas situaciones: si de verdad estamos donde
queremos estar, hacemos lo que queremos hacer, estamos felices con lo que
somos. Por lo menos para mí el cuestionamiento es algo que siempre va a estar
conmigo, na’ que hacers pues, pero el año pasado odiaba esa parte de mí y este
año creo que es una de las partes que más me gusta de mí. Puede ser que a fin
de año par sintamos que no aprendimos un carajo, pero enserio en el año impar
vas a notar como todo lo que pensaste el año anterior hace sentido y mejor aun,
lo aplicas en tu vida.
Este 2017 partió con una aventura en Valdivia y está
terminando con los mejores regalos y oportunidades en Estocolmo. Este año hizo
que la cabeza descansara de algunos temas y se reconciliara con otros, muto
preocupaciones y aprendió a que darle no más.
Gracias por todo y más 2017… 2018 no hay presiones, que en
este año ejecuté bastante bien el fluir.






